INTERESA A FBI Y DEA TECNICA PARA REHIDRATAR CADAVERES
Cuando el perito forense Alejandro Hernández Cárdenas esbozó lo que creía una técnica para identificar cadáveres momificados, lo único que recibió fueron comentarios de que estaba “loco”. A pesar de ello, nunca cesó en su interés por avanzar en sus investigaciones.
Alejandro Hernández Cárdenas |
En todo ese tiempo, el médico cirujano dentista ha procesado en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Ciudad Juárez 770 casos con una fórmula especial que él creo en 2003, y que después de casi siete años de trámites, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) le otorgó la patente el 7 de julio de este año por su descubrimiento.
“Que éste procedimiento sirva para que familias, que tengan seres queridos en calidad de desaparecidos, en algún momento con este procedimiento los puedan identificar y recuperar, y poder cerrar su duelo y cerrar sus trámites legales”, es el fin que el doctor Hernández, dijo, buscó desde el inicio de sus investigaciones.
La patente en técnica forense se denomina “Rehidratación de tejidos blandos y cadáveres momificados y revisión del proceso de putrefacción, con fines forenses de identificación y determinación de causa de muerte”.
La técnica para “revivir” cadáveres tomó fama mundial en la época de violencia en Ciudad Juárez (a partir del 2008), ya que con ella se logró identificar decenas de cuerpos de casos de homicidio, indican archivos periodísticos.
De esos 770 casos procesados en la fórmula especial, sólo en 60 de ellos se ha trabajado con cuerpos enteros, el resto, van desde partes pequeñas de dedos y hasta extremidades y cadáveres completos. Mientras que en el 80 por ciento de los procesos, se ha tratado de hombres y el 20 por ciento en mujeres, dijo Hernández Cárdenas.
“Nos acaban de informar que sí se otorga la patente, la cual se inició hace poco más de seis años. No es algo que se esté repitiendo en alguna parte del mundo, es algo que solamente se ha estado trabajando en el estado de Chihuahua, en la Fiscalía General de Justicia. La investigación inició en 2003 y los (primeros) resultados se lograron a mediados de 2004”, dijo.
Refirió que a partir de septiembre de ese año y hasta la fecha, se ha trabajado con esa fórmula de manera oficial con casos legales por medio de solicitud del agente del Ministerio Público de diversos municipios de Chihuahua, mientras que otros estados del país han pedido el apoyo de esa técnica de rehidratación de cadáveres.
La confirmación de la patente fue dada a conocer ayer en una conferencia de prensa desarrollada en las oficinas de Gobierno del Estado, donde estuvo presente Ramón Galindo Noriega, subsecretario de Gobierno en la Zona Norte y el fiscal en la Investigación y Persecución del Delito, Jorge Nava López.
El médico juarense cuenta que todo comenzó en enero de 2003, cuando empezó a trabajar en Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado (FGE), y en eso le llamó la atención el incremento de cuerpos que iban a dar a la fosa común. De ahí, intentó recuperar las huellas dactilares. “Yo no inventé nada; mejoré lo que ya existía”, dijo.
“Fue algo bastante complicado; fueron más de seis años de muchas vueltas a la Ciudad de México, de entregar escritos, hacer correcciones, presentar documentos y todo lo que solicitaban como requisitos”, dijo el médico cirujano, quien precisó que continuará trabajando en Ciudad Juárez para la FGE.
El también maestro de la UACJ, dijo que para él sería un gran reto que el Gobierno Federal le permitiera trabajar con una pequeña muestra de los cuerpos de las momias de Guanajuato, que le permitiría identificar sus orígenes con fines antropológicos.
La Fiscalía refiere que el proceso inicia con la introducción del cuerpo “acartonado” en un contenedor con la fórmula especial creada por el doctor Hernández. El cadáver absorbe el líquido y empieza a tomar la forma y el volumen original.
Debido al ablandamiento de la piel se pueden detectar características originales o adquiridas como las huellas dactilares, cicatrices, lunares, tatuajes y otros factores que permiten la identificación de la persona.
El nuevo estado del cuerpo, junto con otras ciencias forenses, facilita la identificación del cadáver.
Los cadáveres se sumergen en un “jacuzzi”, una especie de bañera con químicos. Este proceso hace posible revelar lesiones y “volver” los órganos internos casi al mismo estado que al momento de la muerte. El resultado es utilizado por la investigación policial y suele ser útil en el descubrimiento de casos criminales.
(DIARIO)
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