La maquinaria electoral construida y operada por el
exgobernador panista Rafael Moreno Valle fue puesta al servicio del candidato
presidencial Ricardo Anaya, quien tuvo un inusual día de campaña en Puebla con
cinco mítines, pero en el último, en la capital, centenares de asistentes
abandonaron el auditorio mientras hablaba.
En el centro de espectáculos Acrópolis, un auditorio ubicado
a un costado del estadio Cuauhtémoc de futbol, Anaya pretendía coronar un día
con cinco mítines, algo inédito en su campaña, pero no sólo no se completó el
aforo de 10 mil 500 personas —faltó una tercera parte—, sino que la candidata a
senadora, Nadia Navarro, tuvo que recortar su arenga tras una intensa
silbatina.
Y cuando el candidato presidencial comenzó a dar su
discurso, la gente comenzó a ponerse de pie para luego buscar las salidas.
Anaya debió abreviar su discurso, que duró sólo siete minutos, el más corto de
los cinco del día.
Aunque de proporciones distintas, este episodio de Anaya en
Puebla evocó el que padeció Josefina Vázquez Mota cuando, en su arranque de su
campaña presidencial, en 2012, se le vació el estadio Azul también mientras
daba su discurso, en lo que se conoce como el “Josefinazo”. Anaya era asesor de
la entonces candidata panista.
La presencia de Anaya en Puebla coincidió con la noticia de
que es investigado en España como parte del esquema de lavado de dinero que
instrumentó su amigo Manuel Barreiro para comprarle una nave industrial en
Querétaro, en 54 millones de pesos.
El candidato de la alianza de los partidos Acción Nacional
(PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC) evitó a
la prensa luego de que se difundió en México la noticia publicada por el
periódico “El Español” y, al terminar su último mitin, en Acrópolis, se hizo
rodear de personal de seguridad hasta que se puso a salvo dentro del automóvil
donde lo esperaba Martha Erika Alonso, la esposa de Moreno Valle que el domingo
próximo inicia su campaña a la gubernatura en empate técnico con el candidato de
Morena, Miguel Barbosa.
Anaya también se reunió en esta visita a Puebla con Moreno
Valle. Fue éste el que lo difundió en su cuenta de Twitter: “Un gusto convivir
con Ricardo Anaya en Atlixco, tierra de mis antepasados”, escribió el esposo de
la candidata a gobernadora.
Igual que en sus dos anteriores visitas a Puebla,
estratégica para la elección presidencial por ser el tercer estado con más
electores, Anaya criticó a Morena por postular al Senado a un allegado al
exgobernador priista Mario Marín, Alejandro Armenta, y a Nancy Sierra, de quien
fue testigo de su boda.
Aunque Anaya lanzó críticas al PRI y al gobierno, sin
mencionar nunca al presidente Enrique Peña Nieto, se enfocó en Morena y sus
candidatos.
“Pero ahora hay otros de los que hay que tener todavía más
cuidado. ¿Quién se acuerda de Mario Marín?, ¿fue un buen gobernador o un mal
gobernador?”, preguntó a los asistentes del mitin en San Andrés Cholula. “¿Fue
mal gobernador?”
—Sí —le respondieron a coro.
Y entonces recordó que Armenta, candidato de Morena, fue “su
hombre más cercano” como secretario de Desarrollo Social y presidente del PRI
cuando Marín era el gobernador.
“¿Ustedes quisieran que Mario Marín, a través de Armenta,
recuperara el poder en el Senado de la República?”, preguntó y recibió como
respuesta un no unánime.
“Morena está postulando a la gente más cercana a Mario
Marín. Necesitamos alertar a la gente, porque hay mucha gente que no se ha
enterado de esto”.
Y recomendó entonces apoyar al candidato de la alianza
PAN-PRD-MC al Senado, Mario Riestra, un expriista que, como diputado local del
PAN, aprobó las cuentas públicas de Mario Marín en el sexenio del expriista
Moreno Valle.
Otro expriista que acompañó en esta gira a Anaya es Mario
Rincón, candidato a diputado por el distrito donde se ubica Tepeaca, lugar del
segundo mitin del día del candidato presidencial. Ahí falló la movilización,
atribuida a Rincón, porque fue llevada menos asistencia de la prevista.
En ese lugar, la candidata a senadora, Nadia Navarro, elogió
a Anaya por su desempeño en el debate y, sin nombrarlo, aludió a Andrés Manuel
López Obrador.
“Acaba de darle un nocaut a ya sabes quién. Lo dejó en la
lona. Faltan dos rounds. Quién sabe si llegue”.
En Tepeaca, donde se ubica el tianguis más antiguo de
América y que tiene 458 años de haberse fundado, un jovencito traía una iguana
que capturó.
“Se parece a los dinosaurios del otro partido”, soltó ante
las risas de sus simpatizantes y se acercó a acariciar al animal.
Más tarde, en Atlixco, Anaya encabezó un nutrido mitin, en
el que se incorporó Riestra, quien afirmó que en Morena se “recicla” el PRI de
Marín.
“El enemigo es distinto: Dejó la camisa tricolor y ahora usa
chaleco vino tinto”, acusó el expriista que está bajo escrutinio del Instituto
Nacional Electoral (INE) por sus gastos de campaña, ya que ha tapizado el
estado con su imagen.
Ahí, Anaya se dijo emocionado con la asistencia que abarrotó
la explanada bajo techo. “Les prometo una cosa: Aquí voy a regresar como
presidente de México”.
Anaya inició el día en San Martín Texmelucan, donde se
reunió con simpatizantes en el salón de fiestas y ahí también criticó que
Morena postule como candidatos al Senado a allegados al “exgóber precioso”.
“¿Quieren tener como senadores a cercanos colaboradores de
Mario Marín?”, preguntó y se elevó un coro de rechazo.
Hasta hoy, después de casi un mes de campaña, Anaya no había
encabezado cinco mítines y los hizo en Puebla, el estado que más ha visitado y
al que volverá a acudir este domingo 29, en el arranque de la campaña a
gobernadora de Martha Erika Alonso, esposa del exmandatario Moreno Valle, jefe
político del estado.
Información del propio PAN indica qué hay un empate entre
ella y el candidato de Morena, Miguel Barbosa.
Moreno Valle está al frente de la operación política y
electoral para imponer a su mujer como gobernadora, pero también, según
panistas locales, para tender puentes con el gobierno de Peña para unirse
contra López Obrador.
El expriista Moreno Valle, quien disputó a Anaya sin éxito
la candidatura presidencial, mantuvo como gobernador una estrecha relación con
Peña Nieto.
Aunque la maquinaria política y electoral creada por Moreno
Valle se movió para garantizar asistencia a los mítines de Anaya, falló sobre
todo en el centro de espectáculos Acrópolis, donde la gente se salió cuando
hablaba el candidato.
—¿Por qué se van?
—Ya nos aburrimos.
Y sí: Habían llegado desde las cuatro de la tarde, cuando el
mitin comenzó a las 20 horas, muchos con niños pequeños.
Los asistentes al acto cumbre de la gira de Anaya por Puebla
fueron llevados en decenas de microbuses que se estacionaron en las inmediaciones
del centro de espectáculos Acrópolis.
Mujeres, hombres y niños, de evidente condición humilde,
bajaban de las unidades de transporte y esperaban instrucciones de personas que
los hacían formarse para ingresar en bloque al recinto donde se presentan los
espectáculos más exclusivos en Puebla.
Algunos con banderolas azules, otros naranjas o amarillas; a
unos les daban camisetas; a otros, bolsas de mandado, y algunos les repartieron
tortas que comían sentados en las butacas.
Igual trato que en cada uno de los cinco mítines de Anaya de
hoy…
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